“Harina
en Vuelo”, primer libro de An Lu
Luis Benítez
La poeta
argentina An Lu acaba de publicar en Buenos Aires, bajo el sello Ediciones Las
Parientas, su primer poemario, titulado “Harina en Vuelo”, generando atención
hacia sus versos por la calidad ya presente en éstos. Un discurso
simultáneamente alusivo y elusivo distingue a esta obra original y consistente,
donde la diégesis de cada poema conduce a una polisemia de señalable abanico.
La autora utiliza con especial énfasis un minimalismo bien aprendido -nunca
imitado, cuando este defecto es tan repetido en muchos títulos de las pasadas
dos décadas poéticas argentinas- que remite a lecturas muy bien desarrolladas.
An Lu, sin embargo, ya sostiene con hábil manejo de la lengua un estilo propio
en la mayoría de los trabajos ofrecidos por su poemario inicial, lo que le
permite al lector abrigar muchas esperanzas respecto de sus futuras entregas.
En ésta
campea por sus fueros una aguda observación de situaciones y personajes apenas
esbozados, lo suficiente como para sostener la arquitectura del libro sin
incurrir en una poesía entendida como representación, pero simultáneamente
capaz de producir evocaciones sensibles
y asociaciones de ideas eficaces. El discurso de An Lu avanza a través de
sugerencias más que de descripciones y la poeta sabe muy bien cuándo detener el
dibujo para que sea el lector quien termine de unir con sus propios trazos los
puntos que ella ha marcado. Esto no es un mérito mediano en un primer poemario,
pero lo demostrado por la poeta argentina en las páginas de “Harina
en Vuelo”
no termina allí. Observamos, además, una notable capacidad para imbricar los
recursos propios del impresionismo con los que son característicos del
expresionismo literario. Lo típico del primero es el registro de las
sensaciones, proustianamente hablando, mientras que lo habitual en el segundo y
el elemento que más toma An Lu para su obra es el fluir de la conciencia, al
que hace irrumpir en el discurso impresionista no rompiendo la cadena de
sensaciones sino, de manera sutil, complementándola. Este es un recurso de
difícil manejo y mucho más arduo de sostener en la secuencia de los 77 poemas
-habitualmente breves y muy breves- que conforman el volumen. La autora sale
más que airosa de la prueba, por fortuna también para el lector, con su
capacidad reconocible para mantener un ritmo escritural prácticamente sin
fisuras.
Como en la
obra teatral chejoviana -la de otro autor impresionista- “Harina en Vuelo”
tiende a revelar sus secretos fragmentadamente y a dividirse en tramas primero
y en subtramas después, abriéndose en un amplio rizoma del que, señaladamente,
la autora tiene el control, lo que tampoco es señal de escasa maestría en una
poeta joven que acaba de publicar su primer libro. En síntesis: una autora para
seguir de cerca, una obra que no sólo promete sino que ya empieza a cumplir muy
bien todas sus promesas.
Así
escribe An Lu
Harina
en vuelo
Canciones
de protesta.
Marchas
interminables.
Banderas
con consignas.
Y la niña
sola
espera
repitiendo
el
abecedario.
…..................................................................
Gramática
Monos,
monos, bananas.
Un
malabarista
junta
para llegar
a destino,
monedas.
…...........................................................
Amontonamiento
Golpes en
la cabeza
sílabas
que no
paran
ni un
segundo
y el
silencio
acompaña
flores
rojas.
…........................................................
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